El anuncio de la administración Biden de que se cancelarán hasta $ 20,000 en deuda de préstamos estudiantiles para los prestatarios brindará un alivio bienvenido a millones, mientras los tribunales lo permitan. Pero ese alivio no hará nada para frenar el rápido aumento del costo de ir a la universidad.
En el año académico 1963-1964, el costo promedio anual publicado de la matrícula y los aranceles estatales fue de $243 en instituciones públicas de cuatro años y de $1,011 en instituciones privadas de cuatro años. según datos del Centro Nacional de Estadísticas Educativas. Eso excluye alojamiento y comida.
Si el costo publicado de la universidad se mantuviera en línea con la inflación, la matrícula y las tarifas anuales habrían sido de $2,076 en universidades públicas de cuatro años y de $8,624 en instituciones privadas para el año académico 2020-2021, según datos del Centro Nacional de Estadísticas Educativas en dólares constantes, o ingresos ajustados por inflación.
Pero en el año académico 2021-2021, el precio promedio de la matrícula y las tarifas estatales en una institución pública de cuatro años fue de $9,375, y en instituciones privadas de cuatro años, fue de $32,825. Con la vivienda para estudiantes, ese costo se dispara: algunas escuelas están cobrando a quienes pueden pagarlo. más de $ 70,000 por año.
¿Por qué es tan cara la universidad?
“No hay una sola respuesta”, cube Beth Akers, autora de “Making Faculty Pay” y miembro principal del American Enterprise Institute. “Puedes preguntarle a muchas personas diferentes y tienen muchas razones diferentes”.
Sin embargo, el precio de etiqueta que una institución enumera en su sitio internet y el precio neto pueden ser bastante diferentes, dijo Phillip Levine, economista de Wellesley Faculty. El precio neto es lo que pagan los estudiantes después de la ayuda basada en las necesidades y las becas por mérito. El precio neto ha aumentado a un ritmo más rápido en las instituciones públicas, donde la financiación estatal no ha seguido el ritmo del aumento del precio.
El gobierno no rastrea el precio neto que pagan los estudiantes en las instituciones públicas frente a las privadas. Pero según el Faculty Board, los estudiantes en promedio reciben más ayuda financiera en instituciones privadas. Y el precio neto que las familias pagaron en las universidades privadas por la matrícula, el alojamiento y la comida fue de aproximadamente $33 720 en las instituciones privadas, en comparación con $19 230 en las universidades públicas para el año académico 2021-2022.
En las últimas dos décadas, el precio publicado de la matrícula y las tarifas en instituciones privadas de cuatro años ha aumentado mucho más rápidamente que la matrícula neta. En los últimos 20 años, los precios de sus calcomanías han subido un 54 % en dólares ajustados por inflación, aunque los precios netos de matrícula (lo que pagan los estudiantes después de tener en cuenta las subvenciones y becas) han subido solo un 7 %, según Faculty Board y Nationwide Datos del Centro de Estadísticas Educativas analizados por el Instituto Manhattan.
Para muchas instituciones públicas que han visto disminuciones en la financiación estatal, el panorama financiero es peor. El precio publicado de la matrícula y las tarifas aumentó un 102 % en las instituciones públicas de cuatro años, ajustado por inflación, y la matrícula y las tarifas netas en las escuelas públicas de cuatro años aumentaron un 115 % en los últimos 20 años.
“Muchas veces sobreestimamos el costo creciente de la universidad”, dijo Levine. “Porque principalmente lo que hacemos es centrarnos en el precio de etiqueta.
Pero la gran mayoría de los estudiantes no pagan el precio de etiqueta en las escuelas públicas o privadas, dijo.
Las instituciones públicas se han “alejado de la financiación a través del apoyo de los contribuyentes y se han acercado a la recaudación de ingresos a través de cobros de matrícula individuales”, dijo Akers.
Los estudiantes de clase media alta y familias acomodadas que a menudo forman parte de las clases de gobierno y medios son los que pagan el precio completo, señaló Levine.
“La discrepancia es que ese es el precio que tienen que pagar las familias de altos ingresos”, dijo Levine.
Gastos administrativos e instalaciones
La cantidad de private administrativo agregado en las instituciones de educación superior ha superado la contratación de docentes en las últimas décadas.
La cantidad de administradores en las instituciones de educación superior creció el doble de rápido en los 25 años que terminaron en 2012 que la cantidad de estudiantes, según descubrió el New England Heart for Investigative Reporting al analizar datos federales.
Y de 2010 a 2018, el gasto en servicios estudiantiles aumentó un 29 % y el gasto en funciones administrativas aumentó un 19 %, mientras que el gasto en instrucción solo creció un 17 %, según un informe de 2021 del American Council on Trustees and Alumni.
Los colegios y universidades se han vuelto más integrales en los servicios que ofrecen y, en normal, los estudiantes están cosechando los beneficios, dijo janet napolitanoel exgobernador de Arizona y exsecretario del Departamento de Seguridad Nacional, quien fue presidente del sistema de la Universidad de California durante siete años.
“Nunca tuve estudiantes que se me acercaran y me dijeran, necesitamos menos oficiales del Título IX, o necesitamos reducir los servicios de salud psychological o necesitamos reducir la cantidad de personas que ayudan en la oficina de ayuda financiera”, dijo Napolitano, quien ahora es el director del Centro para la Seguridad en la Política de la Universidad de California, Berkeley.
“El punto es que con el tiempo, a medida que las universidades han absorbido el costo de proporcionar no solo el aspecto académico de enseñanza e investigación de una educación universitaria, sino todo el tipo de servicios adjuntos o asociados que la acompañan, eso también ha creo que se sumó al costo”.
Pero el gasto administrativo no representa la mayor parte del aumento en el precio de etiqueta de la universidad, dijo Akers.
Luego, están los titulares sobre servicios de lujo para estudiantes, como ríos lentos en la Universidad Tecnológica de Texas o paredes para escalar en la Universidad de Maryland. Pero esas adiciones también son objetivos fáciles, y todavía no se acercan a explicar el aumento en el precio de etiqueta para la universidad, dijo Akers.
Las fuerzas del mercado
La educación superior es competitiva: Harvard y Princeton siempre competirán por el mismo grupo selecto de los estudiantes más prometedores del país.
“También se da el caso de que, de alguna manera, la educación superior no parece un mercado regular”, dijo Levine.
En un mercado regular, todos pagan el mismo precio. “Todo el mundo no paga el mismo precio en la educación superior”, dijo Levine. En muchas escuelas, aquellos que pueden pagar menos pagan menos, y en un puñado de las escuelas más elitistas del país, incluidas Harvard, Yale y Stanford, los estudiantes que son aceptados y cuyo ingreso acquainted está por debajo de los $60,000 obtienen una paseo libre.
Esa falta de transparencia de precios sobre cuál será el precio neto para un posible estudiante también es algo que distorsiona el mercado, señaló Levine, ya que la mayoría de los solicitantes universitarios no saben cuánto pagarán realmente hasta después de ser aceptados, comprometerse a una universidad y solicitar ayuda.
Levine creó una herramienta, miintuición, a través del cual los estudiantes pueden estimar su costo neto de matrícula en función de factores como cuánto tiene su familia en ahorros e inversiones, su GPA y sus puntajes SAT. Creó la herramienta cuando estaba tratando de averiguar cuánto pagaría por la educación universitaria de sus propios hijos.
Pero su sitio internet no incluye la mayoría de las instituciones de educación superior, y la calculadora es solo una estimación y no es vinculante.
Préstamos estudiantiles
Luego están los préstamos estudiantiles.
“La gente afirma todo el tiempo que el hecho de que hayamos permitido que la gente pida prestado tanto está elevando el precio, y creo que hay algo de verdad en eso”, dijo Akers.
“No es realmente un argumento económico básico que la disponibilidad de préstamos haya hecho subir el precio, pero creo que es más una cuestión de comportamiento”.
Millones de estadounidenses continuarán asistiendo a la universidad y se endeudarán mucho para hacerlo porque los beneficios financieros, e incluso sociales, de asistir a la universidad generalmente superan el costo financiero, señalaron Akers y Levine.
“Los beneficios de graduarse de la universidad son significativos”, dijo Levine. “Y los cálculos simples básicamente indicarán que para el estudiante típico, asistir a la universidad definitivamente vale la pena en relación con su costo”.
Pero “eso no significa que valga la pena para todos”, agregó Levine.
Los hombres con títulos de licenciatura ganan alrededor de $900,000 más en ingresos medios de por vida que sus contrapartes graduados de la escuela secundaria, según Datos de la Administración del Seguro Social. Las mujeres con títulos de licenciatura ganan $630,000 más durante su vida que las mujeres que solo tienen un diploma de escuela secundaria.
y un Estudio de 2021 de la Universidad de Georgetown encontró que los graduados de la escuela secundaria ganan una media de $1.6 millones durante su vida, en comparación con $2.8 millones para aquellos con títulos de licenciatura.
Entonces, a lo largo de la vida, gastar, digamos, $100,000 para una educación universitaria con esos beneficios es una “ganga” relativa, dijo Akers.
Millones seguirán pagando más y más por la universidad, siempre y cuando el beneficio generalmente supere el costo. Pero en algún momento, “las fuerzas del mercado seguirán elevando el precio hasta que ya no valga la pena”, dijo Akers.
Napolitano se muestra escéptico ante el argumento republicano de que las universidades utilizarán la condonación de préstamos estudiantiles de la administración Biden como una oportunidad para aumentar significativamente los precios.
“Creo que cualquier presidente de universidad que confíe en la suposición de que los préstamos en el futuro serán cancelados está viviendo en un país de hadas”, dijo.
¿Hay alguna solución?
Akers dijo que la solución para abordar el costo cada vez mayor de la universidad es lo opuesto a la cancelación de préstamos estudiantiles que está llevando a cabo la administración de Biden.
Dicho esto, “no quiero eliminar los subsidios”, dijo Akers. “No quiero eliminar el programa de préstamos estudiantiles”.
Pero los graduados que pueden pagar los préstamos deberían estar obligados a hacerlo, dijo.
Una vía para reducir los costos sería reducir el tiempo que lleva obtener un título universitario. Si los estudiantes pueden recibir créditos universitarios por los cursos mientras todavía están en la escuela secundaria o incluso en la escuela intermedia, eso reduciría el tiempo que pagan por las universidades de cuatro años. Napolitano, por ejemplo, cree que los gobiernos estatales deberían incentivar aún más a los estudiantes para que asistan a un colegio comunitario, para que asistan a colegios comunitarios mucho menos costosos, tanto mientras todavía están en la escuela secundaria como después, para que puedan transferir esos créditos a una institución de cuatro años.
También debería haber más vías para asegurar buenos trabajos bien pagados, dijo Akers, y agregó que cree que “va a haber una especie de corrección pure”, con más empleadores eliminando los requisitos para títulos universitarios. Algunas empresas ya han comenzado a hacer eso en el ajustado mercado laboral precise. Los programas de aprendizaje y los oficios deben celebrarse, argumentó, y dijo que los líderes políticos y sociales también deben celebrar esos caminos.
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